La Plaza Olmedo es uno de los atractivos principales del Malecón 2000, ubicado en el ala sur.
Es un sitio que conmemora al prócer y poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo, quien fuere el primer alcalde de Guayaquil y el precursor de la Revolución del 9 de Octubre de 1820.
El monumento al prócer se levanta frente al río Guayas, al sur del Malecón, a la altura de la Avenida Olmedo, y está sobre una base alegórica con un conjunto de piletas cilíndricas que realzan el entorno.
Junto al monumento se encuentra el Club de la Unión, club privado que es tradición guayaquileña desde 1927. Y cruzando la calle se puede apreciar el Parque Olmedo.
Datos generales de la Plaza Olmedo
Ubicación: El monumento a José Joaquín de Olmedo se ubica en las calles Olmedo y Malecón Simón Bolívar. Está al final de la Avenida Olmedo, la que termina en el Malecón.
Fecha de inauguración: 9 de octubre de 1892
Diseñador del monumento: Fue diseñado por el francés Jean Alexandre Falguiere, a pedido del Concejo Municipal de Guayaquil en 1878 para celebrar la memoria de José Joaquín de Olmedo.
Características del Monumento a Olmedo
El monumento a Olmedo mira hacia el río. En la parte superior y trabajada en bronce, está la estatua del prócer y poeta sentado en actitud de levantarse. Olmedo tiene una pluma en su mano derecha y en la izquierda el documento al que va a dar lectura, y que no es otro que el Acta de la Independencia de Guayaquil.
Su emplazamiento está orientado hacia el Este, para que el personaje de cara al sol, símbolo de la luz de los ideales que iluminan la vida de los pueblos.
El pedestal está hecho de hormigón recubierto con placas desmontables trabajadas en piedra, y presenta una base de 4,90 x 3,95 metros con una altura total de 8,17 metros sobre las cuales se colocan los soporte de los bajorrelieves.
En la cara frontal del pedestal se ha grabado una enorme lira sobre la que aparece una gran rama de laurel, y sobre ellos la dedicatoria también grabada que dice «A Olmedo», y más abajo MDCCCLXXXI, año en que se realizó su fundición.
Un bajorrelieve situado en la parte baja del fuste representa la «Apoteosis de Olmedo»: En él se ve a Caliope coronándolo y junto a éste a Clio, representando a la historia.
A la izquierda se ven cinco figuras proceras elegantemente vestidas y a la derecha tres mujeres inelegantes, un niño de entre 8 y 10 años desnudo, y un trabajador en actitud serena, con una azada en sus manos, probable representación del pueblo adhiriéndose a la apoteosis.
En el fuste de mármol están grabados los versos finales del Canto a Bolívar.
Y en la parte posterior del monumento aparece un bajorrelieve que representa la «Proclamación de la Independencia de Guayaquil».
Historia del Monumento y la Plaza Olmedo
La iniciativa para crear el monumento fue del Concejo Municipal. En 1878, para celebrar el Primer Centenario del nacimiento de José Joaquín de Olmedo, se nombró una comisión llamada «Comité Olmedo» destinada a llevar adelante el proyecto de erigir un monumento en memoria del ilustre patriota y poeta guayaquileño.
El comité estuvo presidido por don Pedro Carbo, quien a pesar de la diferencia de años que los separaba había sido amigo personal de Olmedo, y otros prestantes guayaquileños como Ignacio Casimiro Roca, Francisco Xavier Aguirre Jado, Francisco J. Coronel Mateus, Manuel Marcos, Antonio Icaza, Eduardo Wright, Tácito Cucalón, Gabriel Murillo, Manuel María Suárez, Pedro José Noboa, Martín Icaza, Juan Illingworth, Francisco Campos, Juan Bautista Elizalde y José Antonio Gómez.
Después de una ardua labor por crecer los fondos monetarios para su creación, el Comité envió a París los primeros valores para el monumento, contando con la valiosa colaboración del Cónsul del Ecuador en esa ciudad, Sr. Clemente Ballén, quien contrató la obra con el acreditado escultor y estatuario Jean Alexandre Falguiere.
La fundición se la realizó en los talleres Thiébaut Fréres. Tanto la estatua como los bajorrelieves, tienen grabados la firma de Falguiere. El pedestal de granito fue cincelado por el arquitecto George Chedanne, también francés.
El monumento a Olmedo llegó a Guayaquil el 17 de julio de 1891, y a partir de esa fecha y por más de un año, permaneció abandonado en las bodegas de la aduana, cubriéndose de polvo mientras se suscitaba una intensa polémica relacionada con el lugar en que debía ser levantado.
Tras un intenso debate sobre dónde debía ser colocado el monumento, finalmente en sesión del 8 de julio de 1892, el comité respectivo resolvió definitivamente que el monumento dedicado a perpetuar la memoria del Cantor de Junín sea colocado en la calle de Zaraguro (hoy Av. Olmedo).
El Sr. H. Parring había concluido los planos así como el presupuesto para la colocación de la estatua, y el comité encargó su montaje y colocación definitiva al arquitecto italiano Rocco Queirolo, que residía en la ciudad y había realizado con éxito el montaje del monumento ecuestre de Bolívar en 1889.
Finalmente el 9 de octubre de 1892 se inauguró el Monumento a Olmedo, un acto donde estuvieron presentes los integrantes de la comitiva: los Sres. José Joaquín Olmedo (hijo), don Pedro Carbo y los Sres. M. Marcos y T. Cucalón, Presidente y miembros del Comité, el Obispo de Myrina y el Cabildo Eclesiástico.
Al año siguiente, el 28 de abril de 1893, Don Pedro Carbo solicitó al Concejo Cantonal que «se sirva disponer, que a la calle Zaraguro se le cambie el nombre por el de Av. Olmedo», lo cual fue aprobado en la sesión del 17 de mayo de ese año.
Durante varios años el monumento a Olmedo permaneció en el sitio donde había sido inaugurado, pero con el paso de los años varios factores obligaron a su traslado, y ya para la década de 1950 había sido removido hacia el Malecón, situándolo en una rotonda expresamente diseñada para recibirlo.
Posteriormente y siempre alrededor del mismo lugar, varias veces fue cambiado su asiento, hasta que al iniciarse el siglo XXI fue finalmente ubicado en su emplazamiento actual del Malecón 2000, en la Plaza Olmedo.
Fuente histórica: www.enciclopediadelecuador.com